sábado, noviembre 14, 2009

28 de julio - 94’. Imágenes que marcan la vida



Por: Súsej Paz

Es 1993, ellos viajaron en el mismo avión que nosotros. Hace 6 años que yo colaboraba con las Naciones Unidas en el sur de Sudán, en el llamado “Triángulo de la Hambruna”, donde el gobierno islámico está en guerra con las tribus Nuer y Dinka.




El día de nuestra llegada al lugar, “los pobladores -de la aldea Ayod- hambrientos rodearon el avión, salvo aquellos demasiados débiles para caminar, que esperaban sentados alrededor de un improvisado comedor”, según el testimonio de un camarada. Muy cerca del trabajaba el fotógrafo Kevin Carter y su colega Joao Silva.



Aquel día, “los dos vieron fotos por todas partes, así que se separaron (…) Un rato después Carter se acercó a Silva y le dijo: “Le estaba tomando fotos a una nena arrodillada, que apoyaba la cabeza contra el suelo y de repente un buitre gigante se posó detrás de ella. Seguí disparando, y recién después espanté al buitre “.



Cuando trató de mostrarle el lugar, no se veía al buitre por ninguna parte, pero la niña seguía ahí, vencida por el hambre, postrada, rogándole a la vida un poco de clemencia con su frágil y cruel destino. Ninguno de los dos la ayudó a llegar al comedor, que estaba apenas a cien metros, afirma Silva en su libro “The Bang Bang Club: Snapshots from a Hidden War”.



La foto fue vendida al New York Times, y fue portada incluso de la revista Times, convirtiéndose en un verdadero símbolo de la hambruna en el mundo. Carter tuvo fama, un buen trabajo en la agencia francesa Sygma, pero la gloria y la fama no fue de ninguna manera lo que quería, al menos eso parece…



Ayer 27 de julio de 1994, Kevin dejó este mundo que fue muy elocuente con él. El solo hecho de quitarse la vida, me lleva a pensar que se necesita mucho coraje para afrontar la cruda realidad.



Él se fue, pero quedan muchos que aún recorren los horrendos escenarios de tragedia, pobreza, injusticia, masacre, sangre, lágrimas, dolor…de la otra cara de la moneda. Aquella que muestra escenarios de una realidad que muchos ignoran o simplemente no quieren conocer.



“Es la foto más importante de mi carrera, pero no estoy orgulloso de ella. No quiero ni verla. La odio”, afirmaba Carter. Hay muchas cosas que no vemos o no queremos ver; están ahí, esperando por nosotros…



El buitre aún merodea esos lugares y otros más. El Pulitzer aún brilla como el día que Kevin Carter lo recibió en 1994. La niña sigue postrada frente al altar de la impiedad del mundo…



Al igual que Carter, no puedo omitir de mi mente aquella imagen. La imagen que marco mi vida.